Fertilización de árboles: nutrición equilibrada para un crecimiento saludable
La fertilización es un componente esencial del manejo arborícola, ya que garantiza el crecimiento vigoroso, la resistencia a enfermedades y una estructura sólida en los árboles. Sin embargo, aplicar fertilizantes sin un diagnóstico previo puede ser tan perjudicial como no hacerlo.
En este artículo, exploramos los tipos de fertilizantes más utilizados —orgánicos, minerales y de liberación controlada— y cómo aplicarlos correctamente según las necesidades nutricionales específicas de cada especie y las condiciones del entorno.
Aprenderás la importancia de realizar análisis de suelo y foliares para identificar deficiencias nutricionales, así como los momentos más apropiados del año para fertilizar y las dosis adecuadas según el tipo de árbol, el clima y el tipo de suelo.
Una fertilización planificada y responsable contribuye no solo al vigor del árbol, sino también a la salud del ecosistema urbano y rural, promoviendo una gestión sostenible del arbolado.
Guía práctica: Fertilización de árboles
1. Evaluación inicial
Realiza un análisis de suelo cada 2–3 años para conocer pH, textura y niveles de nutrientes.
Observa síntomas de deficiencia: hojas cloróticas, poco crecimiento o ramas débiles.
- Considera las condiciones del entorno (compactación, drenaje, cobertura vegetal).
2. Tipos de fertilizantes
Orgánicos: compost, humus, estiércol maduro. Mejoran la estructura del suelo y liberan nutrientes lentamente.
Minerales: fórmulas NPK (como 10-30-10 o 20-20-20), útiles para árboles jóvenes o en recuperación.
De liberación controlada: ideales para reducir pérdidas por lixiviación y mantener una nutrición constante.
3. Aplicación adecuada
Distribuye el fertilizante desde el borde de la copa hacia afuera, donde están las raíces absorbentes.
Evita aplicarlo directamente junto al tronco.
- Incorpóralo ligeramente al suelo o riega después de aplicar para activar su absorción.
4. Frecuencia y momentos ideales
Árboles jóvenes: 2 veces al año (inicio y final de la época lluviosa).
Árboles establecidos: 1 vez al año, preferiblemente antes del inicio de lluvias.
Ajusta la frecuencia según la respuesta del árbol y los resultados del análisis de suelo.
5. Buenas prácticas
No fertilices árboles estresados por sequía o plagas activas.
- Evita el exceso de nitrógeno, que puede debilitar la madera y aumentar la susceptibilidad a plagas.
- Prioriza productos con microelementos (Fe, Zn, Mn, Cu) si el análisis muestra deficiencias.
Consejo del arborista:
Una fertilización responsable no busca hacer crecer más rápido al árbol, sino fortalecer su sistema radicular y su equilibrio fisiológico, favoreciendo su longevidad y estabilidad.
